domingo, 23 de agosto de 2009

Celia Cruz

(La Habana, 1924 - Fort Lee, Estados Unidos, 2003) Celia Caridad Cruz Alfonso nació en el barrio de Santos Suárez de La Habana el 21 de octubre de 1924, si bien algunas fuentes señalan su nacimiento cuatro años antes, y otras en 1925, datos todos ellos de difícil comprobación dada la persistente negativa de la estrella a confesar su edad.

Segunda hija de un fogonero de los ferrocarriles, Simón Cruz, y del ama de casa Catalina Alfonso, Celia Cruz compartió su infancia con sus tres hermanos -Dolores, Gladys y Barbarito- y once primos, y sus quehaceres incluían arrullar con canciones de cuna a los más pequeños; así empezó a cantar. Su madre, que tenía una voz espléndida, supo reconocer en ella la herencia de ese don cuando, con once o doce años, la niña cantó para un turista que, encantado con la interpretación, le compró un par de zapatos.

Con otras canciones y nuevos forasteros calzó a todos los niños de la casa. Después se dedicó a observar los bailes y a las orquestas a través de las ventanas de los cafés cantantes, y no veía la hora de saltar al interior. Sin embargo, sólo su madre aprobaba esa afición: su padre quería que fuese maestra, y no sin pesar intentó satisfacerle y estudiar magisterio, pero pudo más el corazón cuando estaba a punto de terminar la carrera y la abandonó para ingresar en el Conservatorio Nacional de Música.

Mientras tanto, Celia Cruz cantaba y bailaba en las corralas habaneras y participaba en programas radiofónicos para aficionados, como La Hora del Té o La Corte Suprema del Aire, en los que obtenía primeros premios tales como un pastel o una cadena de plata, hasta que por su interpretación del tangoNostalgias recibió en pago 15 dólares en Radio García Cerrá.

Más tarde cantó en las orquestas Gloria Matancera y Sonora Caracas y formó parte del espectáculo Las mulatas de fuego, que recorrió Venezuela y México. En 1950 ya había intervenido en varias emisoras cuando pasó a integrar el elenco del cabaret Tropicana, donde la descubrió el director de la Sonora Matancera, el guitarrista Rogelio Martínez, y la contrató para reemplazar a Mirta Silva, la solista oficial de la orquesta.

A lo largo de los años cincuenta Celia Cruz y la Sonora Matancera brillaron en la Cuba de Pío Leyva, Tito Gómez y Barbarito Díez; del irrepetible Benny Moré, del dúo Los Compadres, con Compay Primo (Lorenzo Hierrezuelo) y Compay Segundo... La Cuba de Chico O’Farril y su Sun sun babae, la de La conga de los Habana Cuban Boys, la de Miguel Matamoros con su Mamá, yo quiero saber de dónde son los cantantes, la de Miguelito Valdés con su Babalú... Celia aportó su Cao Cao Maní Picao y se convirtió en un éxito, y otro posterior, Burundanga, la llevó a Nueva York en abril de 1957 para recoger su primer disco de oro.

Celia Cruz se había ganado ya varios de los apodos y títulos con que quisieron distinguirla. Fue la Reina Rumba, la Guarachera de Oriente y, desde las primeras giras -por México, Argentina, Venezuela, Colombia...-, la Guarachera de Cuba.

Era la Cuba corrupta y bullanguera de Fulgencio Batista. Cuando el dictador se vio obligado a refugiarse en la República Dominicana ante el triunfo de los castristas, el 1 de enero de 1959, la orquesta tuvo que andar otros caminos. Según la cantante, desde entonces soportaba mal que le dijeran qué y dónde tenía que cantar. El 15 de julio de 1960 la banda en pleno consiguió el permiso para presentarse en México y, una vez allí, en parte impulsada por el agravamiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, decidió no regresar.

Después de un año de aplausos en la capital azteca, Celia Cruz se mudaba a Estados Unidos y sellaba su primer compromiso para actuar en el Palladium de Hollywood. Si bien declaró en aquellos días «he abandonado todo lo que más quería porque intuí enseguida que Fidel Castro quería implantar una dictadura comunista», su furibunda militancia anticastrista nació después, a partir del 7 de abril de 1962, cuando supo de la muerte de su madre y no pudo entrar en la isla para asistir al entierro. Llegó a confesar incluso que estaba dispuesta a inmolarse haciendo estallar una bomba si con ello hacía desaparecer «al Comandante».

Tres meses después, el 14 de julio de 1962, Celia Cruz se casó con el primer trompetista de la orquesta, Pedro Knight, quien a partir de 1965, en que ambos dejaron la Sonora, se convirtió en su representante. Celia Cruz inició su trayectoria como solista junto al percusionista Tito Puente, con el que grabó ocho álbumes. Los jóvenes hispanos de Nueva York la descubrieron en 1973 en el Carnegie Hall, cuando integraba el elenco de la «salsópera»Hommy, de Larry Harlow.

Posteriormente, participó en un legendario concierto grabado en vivo en el Yanquee Stadium con The Fania All-Stars, un conjunto integrado por líderes de grupos latinos que grababan para el sello Fania. Ya era famosa en 1974, cuando grabó el disco Celia & Johnny con el flautista dominicano Johnny Pacheco, considerado el primer clásico del género.

Desde entonces, el éxito fue una constante en centenares de conciertos coreados por un público entregado al grito de su Bemba colorá. Esa voz electrizante, su alegría contagiosa y el llamativo vestuario fueron pronto una bandera de identidad de los inmigrantes. Ella, a su vez, terminó por asumir el rol de estandarte del anticastrismo.

Como tal, Celia Cruz quiso dejar su impronta también en el cine, y participó como actriz -ya lo había hecho varias veces como cantante- en Los reyes del mambo(1992) y Cuando salí de Cuba (1995), porque ambas películas reflejaban historias de los primeros exiliados cubanos, en parte cercanas a la suya. Aunque la suya fue única, y así lo entendieron los miles de compatriotas que desfilaron ante sus restos despues de que falleciese el 16 de julio de 2003, a los setenta y ocho años de edad, en Miami y Nueva York, donde recibió sepultura.

También los cubanos de la isla, pese a la prohibición oficial de su música después de más de cuarenta años, reconocían su valor de guarachera universal, la más grande embajadora musical de Cuba. Pocos días después de su fallecimiento fue homenajeada por sus compañeros de profesión en la gala de entrega de los Grammy latinos.

«¡Azúcar!» era su potente grito infeccioso, la contraseña de apertura y cierre de sus conciertos y la clave para hacerse entender en todo el mundo. Difícilmente alguien ha bailado más -y ha hecho bailar más- que esta cubana de sonrisa contagiosa y persistente que conquistó adeptos de todas las latitudes a lo largo de más de cincuenta años de exitosa trayectoria. Cantante de guarachas, danzones, sones y rumbas en sus comienzos, Celia Cruz siempre estuvo abierta a nuevas experiencias que la llevaron a abordar otros ritmos y a unirse a proyectos en principio arriesgados para una artista consagrada.

Así se erigió en la imagen distintiva de la salsa con orquestas como las de Tito Puente, Willie Colón, Ray Barretto o Johnny Pacheco, y así llegó a cantar incluso rock o tango, y a unir su poderosa voz a la de intérpretes tan dispares como el británico David Byrne, el rumbero gitano Azuquita, el grupo argentino Los Fabulosos Cadillacs, los españoles Jarabe de Palo y el rapero haitiano Wyclef Jean, además de improvisar duetos con sus amigas Lola Flores y Gloria Estefan, y con Dionne Warwick o Patti Labelle.

viernes, 21 de agosto de 2009

La Oreja de Van Gogh





La Oreja de Van Gogh, también conocida por sus siglas LOVG o LODVG, es un grupo musical originario de San Sebastián, España. Su trayectoria en el mundo de la música comenzó formalmente en 1996. Nació formada por Pablo Benegas, Álvaro Fuentes, Xabi San Martín, Haritz Garde y Amaia Montero. Ésta última, vocalista y compositora del grupo desde sus inicios, abandonó la banda para comenzar su carrera como solista en 2007. Desde 2008 pone voz al grupo Leire Martines.

Aunque se les suele identificar como una banda de género pop rock, esta formación don ostiarra ha jugado a lo largo de sus cinco discos de estudios con géneros tan variados como la ranchera, el bossa nova, el dance o la electrónica. Su estilo también va acorde con el llamado Donosti Sound o Sonido de San Sebastián (término que alude al tipo de música que con tanto éxito han interpretado otros grupos de pop rock originarios de esta ciudad vasca, desde los años 80).

Está considerado uno de los mejores grupos de música en español y su fama se extiende a Latinoamérica, EE.UU. y otros países de Europa como Francia o Italia. Han logrado alcanzar el número 1 en numerosos países con temas tan conocidos como El 28, Soñaré, Cuídate, La playa, Puedes contar conmigo, Rosas, Muñeca de trapo, Dulce locura, En mi lado del sofá o El último vals. En 2008, La Oreja de Van Gogh había logrado vender más de 6.000.000 copias a nivel mundial. Además, son ganadores de premios tan importantes como el Grammy Latino, los MTV Europa o la Gaviota de Plata del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.

Antes de que Amaia Montero se uniera al resto de sus compañeros allá por 1996, éstos ya habían formado un grupo llamado Los Sin Nombre, un año antes en la ciudad de San Sebastián. Pablo Benegas tocaba la guitarra, Álvaro Fuentes el bajo, Xabi San Martín el teclado y Haritz Garde la batería. Los cuatro solían versionar temas de grupos ya conocidos como U2, Pearl Jam, SA o Nirvana. Sin embargo, cuando empezaron a componer canciones propias, advirtieron la ausencia de una voz que las pudiera interpretar.

Tras intentar encontrar una vocalista entre sus conocidos, Pablo Benegas conoció a Amaia Montero en la fiesta de un amigo. Después de oírle cantar el tema Nothing Compares 2 U de Sinéad O'Connor, Benegas insistió para que hiciera una prueba con todo el grupo. Al principio Amaia se resistió a cantar delante de unos desconocidos, pero finalmente accedió a ir al local de ensayo. Una vez finalizada la prueba, todos coincidieron en que Amaia Montero debía ser la vocalista del grupo.

Con la incorporación de Amaia, la formación decidió aceptar el nombre que Amaia propuso, pasando a llamarse formalmente La Oreja de Van Gogh. Amaia, además de vocalista, ha sido compositora de la música de gran parte de las canciones del grupo junto con Pablo y Xabi principalmente, así como autora de la letra de algunas de ellas.

Al principio sólo ensayaban las tardes de los viernes en bares en los que tenían amistad con el dueño. No será hasta que se presenten al Concurso Pop-Rock Ciudad de San Sebastián cuando se ponen manos a la obra y componen su primera maqueta en la que se incluían tres temas en inglés (inéditos hasta la fecha); "Don’t let them", "One of these days" y "The worst Nightmare", esta última la primera versión de lo que se convertiría en "Pesadilla" que formaría parte de su primer álbum; y también la inédita "Quisiera". A pesar de que fracasaron en su primer intento, la banda no se dio por vencida y lo intentó de nuevo al año siguiente. Así fue como ganaron en 1997 el V Concurso Pop-Rock Ciudad de San Sebastián. La maqueta que enviaron al jurado del certamen incluía los temas Viejo cuento, Dos cristales, Aquella ingrata y El árbol. Dos de ellos formarían parte en un futuro no muy lejano de su primer disco.

Gracias a su victoria en dicho concurso, La Oreja de Van Gogh lograba hacerse un hueco en el difícil mundo de la música. Sus canciones comenzaron a escucharse en las emisoras de la zona, además de que pudieron grabar un CD con cuatro temas, lo que les animó a probar suerte enviando maquetas a las casas discográficas. Prepararon varios sobres para enviar a diferentes discográficas, pero finalmente, debido a que "eran unos desastres" según afirma Amaia, sólo enviaron una canción y a una discográfica, Sony Music. Tal fue su suerte, que un tiempo más tarde recibieron una llamada de la compañía comunicándoles que les había gustado la maqueta y preguntándoles cuántas canciones tenían. Como se menciona arriba sólo tenían 4, pero Amaia contó que habían compuesto 25. En ese verano se pusieron como locos a componer encerrados en su "cueva" y, sino 25, en 2 meses llegaron a componer, por lo menos, 18. Canciones que formarían parte de su primer disco "Dile al Sol"

1998: “Dile al sol”, el despegue de su carrera.

Tras ganar el Concurso Pop-Rock Ciudad de San Sebastián, La Oreja de Van Gogh consigue, a través de unos conocidos, ponerse en contacto con Jennifer Ces, una cazatalentos de la discográfica Epic. Amaia Montero logra llamarla para preguntarle si podían enviarle una maqueta. Finalmente Jennifer accede y recibe los temas que hasta el momento la banda había compuesto (básicamente los que habían enviado alConcurso Pop-Rock Ciudad de San Sebastián). Junto a estas canciones, la vocalista del grupo le envía una carta en la que agradece la oportunidad que se les brinda.

Encantada con el material que recibe, Jennifer Ces les pide más temas. Rápidamente La Oreja de Van Gogh se pone manos a la obra. La posibilidad de editar su primer disco de estudio parecía estar cada vez más cerca. En ese momento aparece Rafael Berrío, compositor del tema Qué puedo pedir (una de las canciones que posteriormente aparecería en Dile al sol). Al parecer, Íñigo Argomaniz estaba ayudando a los chicos de la joven banda a hacerse un hueco en el mundo de lamúsica. Para ello, llama a su amigo Rafael Berrío y le convence para que ayude a la formación donostiarra. Así fue como La Oreja de Van Gogh logró el suficiente material como para publicar un disco. Dicen que cuando Manolo Moreno, promotor de Epic, escuchó el material que había recibido del grupo exclamó: Tenemos al nuevo Mecano.

Tras todo este entresijo de contactos, llamadas y ayudas de última hora, la compañía confirmó a los miembros de la banda su intención de lanzar al mercado su primer álbum. Finalmente, su sueño se cumple y se van rumbo a Madrid, donde grabarán su primer disco Dile al sol. El estudio de Alejo Stivel es el escogido para grabar las canciones del álbum. En aquellos primeros días fuera de San Sebastián natal, los componentes de La Oreja de Van Gogh tuvieron que acostumbrarse a la vida de la gran ciudad, así como vivir los cinco juntos en un apartamento, cocinando por turnos al tiempo que trabajando en su primer trabajo.

Alejo Stivel, el que fue componente en su momento de la formación Tequila, además de darles ciertos consejos para su futura proyección musical, consigue varias colaboraciones de lujo para el álbum de debut de la banda. Los artistas escogidos para ello fueron los donostiarrasMikel Erentxun y Txetxo Bengoetxea. También contribuyeron a promocionar el disco. Finalmente, el 18 de mayo de 1998, el álbum Dile al solse pone a la venta en el mercado nacional español.

El primer single escogido para presentar Dile al sol será El 28, canción cuyo título alude al autobús de la línea 28 de la Compañía de autobuses de San Sebastián. Este sencillo logró preparar el terreno para Soñaré, el segundo single extraído del disco y con el que lograron darse a conocer en todo el territorio nacional. Tras otras canciones, el grupo ganó el Premio Ondas al Artista del Año. Además de todo esto, la banda recorrió toda la geografía española durante casi un año (desde la Navidad de 1998 hasta finales de 1999), actuando en más de 150 conciertos. Posteriormente realizaron una gira junto a los veteranos Hombres G. Cerca de un millón de personas pudieron disfrutar del directo del grupo, lo que ayudó a consolidar ese sonido compacto y fresco que pretendían ofrecer.

Aunque las ventas no fueron muy elevadas al principio, Dile al sol logró afianzarse con el paso de los meses, alcanzando las 700.000 copias vendidas, es decir, siete discos de platino, el mismo día que la banda donostiarra publicaba su segundo álbum de estudio El viaje de Copperpot.